'La poesía es un retrato sin pudor de los huecos que dejan las personas en nosotros'. MC

domingo, 30 de noviembre de 2014

De momento, para siempre

Pongamos que se está acercando un día de abril
como en la canción,
y que después de tres meses de lluvia
el cielo está azul,
como en tus ojos.

Pongamos que te estoy esperando en un banco frío y nuevo
en el parque más viejo de Madrid,
que llevo ese vestido granate que te gusta tanto
con ese jersey largo que era de mi madre.
Pongamos, también, que llevo caramelos de cereza en el bolsillo
por si los besos, ya sabes,
que a mi alrededor pasean niños con sus abuelos
ríen,
disfrutan de lo bueno de la vida,
como hacía yo con los míos cuando aún estaban aquí.

Pongamos que tú estás tres calles más al sur
y que corres como un loco entre los coches
con una flor en la mano
para mí,
que piensas en besarme
y que eso te hace sentir que más que asfalto
estás rozando nubes
en mitad de un aire limpio de semáforos.

Pongamos que no hay taxis amarillos ronroneando
ni cafés para fumadores en las azoteas
ni mendigos sucios llorando en las esquinas
ni floristerías que venden flores de plástico
ni banqueros con periódicos y prisas
ni mujeres con heridas bajo el tacón.
O mejor
pongamos que los hay
pero que no nos importan.

Pongamos
solo
que hay amor,
que han pasado quince años
y que entre nosotros
todo
sigue siendo
igual
de diferente.

Que las mariposas
han encontrado en mitad de la ciudad
refugio en nuestros estómagos.
Y se han quedado
de momento
para siempre.


MC








viernes, 7 de noviembre de 2014

De ser, estar y el cuento de crecer.

'Vivir es una gran aventura'
lo ha dicho el chico que nunca creció.

Después llegó lo del ser y el estar.
¿Recuerdas?
Lo de eres luz
en este mundo de mierda.
Eres fotosíntesis y clorofila
en el callejón de una ciudad vertedero.
Eres poesía
a secas,
y magia
sin mangas.

Ser.
Estar.
Yo me sé la diferencia. 

Me ha gustado encontrarte hoy,
hacía tanto tiempo
que hasta decir tanto queda bonito
-¿y tu vida? ¿qué tal estás?
Pues bien, ya sabes,
muy feliz
como siempre.
-Sí, lo olvidaba. Qué pregunta tan estúpida.
Tú nunca estás feliz
tú lo eres.

Después de todo
por lo visto
me conocía más de lo yo que pensaba.
Lástima que eso del 'nunca es tarde'
sea una mentira
como todas esas palmaditas que nos dan en la espalda
cuando se nos mueren las ganas.


'Qué ironía,
viene a por el capitán garfio
y se tragará un cuento'
Lo dijo  Barrie,
el padre del chico que no creció.
Y ¿sabes? me recuerda mucho a la vida.
Te hablan tanto del dolor
que de tanto esperar
agazapados
el golpe,
se nos muere el polvo de hada de la piel
y al final no morimos volando
sino arrugados por una humedad
que no es la de las nubes.

Nunca he pedido sal a los vecinos
aunque sí unas medias
un bañador de natación
manzanas reineta
y hasta el nombre de una canción que una mañana se les escapaba bonitamente por la ventana.
Pero una vez pedí un dedal
y me dieron un beso,
y desde entonces creo un poco más en el mundo.

Después llegó lo de crecer
y entonces conocí a una francesa
que no sabía la diferencia entre ser y estar.
Je ne comprends pas. Decía.
Una lástima.
Nunca saboreará la diferencia entre un:
estás muy bonita
y un
eres muy bonita.
O entre un:
estar contigo
y un
ser contigo.

Hay personas con las que te cruzas
en esta casualidad de planeta y de ir y venir en el que vivimos
que se convierten en primeros días del resto de nuestra vida,
personas
con las que mirar hacia atrás
siempre significa llenarnos de nudos marineros la garganta.

No existe la temporada de rebajas en esto del amor
ni los descuentos,
como mucho primaveras con 15 años  que solo ocurren  una vez
e inviernos
muchos inviernos.

'Si on n'aime pas trop, on n'aime pas assez'
Lo dijo Voltaire.
Y a mí me lo contó aquella francesa que no sabía la diferencia entre ser y estar.
Bueno...
por lo menos sabía de qué iba eso de amar.


Después siguió el cuento
crecimos del todo
y tuvimos que decírselo a Peter
que, por supuesto, no lo quiso entender.
La vida siguió siendo una aventura.
Seguí conociendo personas
que se fueron convirtieron en primeros días del resto de mi vida,
-hay que ver la de veces que podemos volver a nacer-
y yo,
yo seguí destrozándome la garganta recordándote
'tú nunca estás feliz. tú lo eres'
porque es verdad,
desde aquel entonces
desde aquella última vez,
no he vuelto a estar feliz.
Simplemente lo he sido.




MC