Para todos aquellos que han tenido alguna vez
la suerte infinita de sentarse con amigos
entorno al fuego
Allí aprendimos a quemarnos
que es mucho más dificil que aprender a no quemarse.
Allí nuestros ojos reflejaban la luz ambar de la oscuridad
un reboltijo de diminutos infiernos
de lenguas pataleando en el aire.
Todos parecíamos más mágicos allí.
nacieron las ideas más descabelladas,
los besos inimaginables
las aventuras que más fuertes nos hicieron después.
Nacieron también las canciones de risa y guitarra
los juegos de aguantar hasta las tantas sin un porqué.
Allí
dábamos la espalda a la oscuridad sin miedo
de pronto, no existía la vida de nadie y nadie se paraba a darse cuenta.
Hasta se nos olvidaban las flores.
Allí,
entorno al fuego.
MC