'La poesía es un retrato sin pudor de los huecos que dejan las personas en nosotros'. MC

lunes, 12 de agosto de 2013

Quiero hacer una tormenta de verano en ti.

Quiero una tormenta que rompa los paraguas
que obligue a las personas a levantar la mirada del aburrido suelo.
Que llene las calles de resbalones, de tacones rotos,
de rizos y labios mojados.

Quiero que sea oscura,
y gris.
Que empiece muy poco a poco: cuatro goterones fríos,
veinte, mil...
infinitos.

Quiero que nos atrape en mitad de la playa
con los pies llenos de arena y las pestañas,
 llenas de sal.
Que nos ruja, y nos amenace con sus uñas negras.

Quiero su ruido bruto,
obsceno.
Lleno de sustos infantiles, de falsas supersticiones,
de chispas blancas.

Quiero una tormenta que mate la luz,
que encienda las velas,
que apague el mundo y sus atascos,
 durante unas horas.

Quiero una tormenta que nos sorprenda en Madrid,
una de esas tardes de luces rojas, sin rumbo,
sin dinero.
Que nos erice la piel de los brazos, de los muslos,
de la nuca.

Quiero que encharque los estrechos portales,
llenos de besos.
Que ensucie los suelos limpios de los bancos,
con sus barros, con sus paraguas negros rotos.

Sí,
una tormenta de esas que te calan,
que te dejan sin ropa,
y sin pieles que valgan.

De esas que se filtran en ti, y te llenan los ojos de agua...
Y te desnudan.
Que se llevan los miedos,
las cadenas de humo, la monotonía del sol.

Quiero una de esas que nos hacen escuchar música,
de piano.
Que desatan nuestro romanticismo más fiero.

Quiero una tormenta contigo,
para bailar como en verdad se ha de bailar.
Descalzos, en blanco y negro.
Sin más música que el tintinear de las goteras, desde tu pelo.

M.C.






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